El Estudio PaiPai Arquitectura & Diseño, liderado por la arquitecta Florencia Rapetti y la diseñadora de interiores Camila Torres, demuestra su enfoque integral y creativo en un proyecto de interiorismo para una casa en un barrio privado. Con una visión que combina funcionalidad, calidez y una estética atemporal, lograron transformar espacios clave en un hogar lleno de personalidad.
Cuando se trata de crear un hogar, las directoras del Estudio PaiPai, la arquitecta Florencia Rapetti y la diseñadora de interiores Camila Torres, tienen muy claro lo que un proyecto debe tener: funcionalidad, calidez, mucha luz y una integración perfecta con el verde del entorno. Estas características se evidencian en su trabajo en una casa diseñada por Ferber Arquitectos en un barrio privado, donde el interiorismo refleja tanto la experiencia como la sensibilidad de ambas profesionales.
Desde el inicio, Camila y Florencia tuvieron la oportunidad de involucrarse en la fase inicial de la obra. “Lo bueno de este proyecto fue que nos contactaron cuando la casa estaba en su fase más cruda. Pudimos trabajar en conjunto con los arquitectos, lo cual facilitó todo el proceso y permitió que la clienta estuviera tranquila”, explica Camila. La sinergia entre arquitectura e interiorismo fue clave para lograr un espacio donde cada detalle está cuidadosamente pensado.
Uno de los principales desafíos fue integrar el mobiliario existente de la clienta con el nuevo diseño, sin sacrificar la estética moderna y sobria que caracteriza al proyecto. “La clienta quería llevar todo lo que tenía en su antigua casa, así que trabajamos en torno a esos elementos, optando por materiales nobles y un estilo atemporal que pudiera adaptarse a futuros cambios de mobiliario”, agrega Florencia.
El living comedor, un espacio clave en la vida cotidiana, fue diseñado para ser multifuncional y conectado con otras áreas de la casa como la cocina y el playroom. “Nos pidieron que el comedor estuviera comunicado pero separado de los niños en el playroom, así que diseñamos una puerta oculta enchapada en roble, con un sistema hermético que no se nota”, detallan. La pared que aloja esta puerta se convirtió en un punto focal, con apliques de bronce que aportan calidez y luz.
En el baño principal y el toilette, las diseñadoras optaron por materiales como travertino y roble, manteniendo una cohesión visual con el resto de la casa. Para el baño de los chicos, eligieron un diseño juvenil, con detalles en verde y tiradores de gema que le dan un toque decorativo sin ser infantil.
El playroom, otro espacio clave para la familia, fue integrado con la cocina mediante una paleta de colores unificada, pero con una diferenciación de materiales que da calidez a uno y funcionalidad al otro. El almacenamiento fue un aspecto importante, con puertas ciegas que ocultan juguetes, manteniendo el orden visual.
Uno de los elementos más destacados de la casa es la escalera. “Desde que ingresas, la escalera llama la atención por su diseño escultórico. Optamos por barandas curvas y una terminación estucada, combinada con una iluminación embutida a nivel de piso que funciona como camineros”, explican las directoras del estudio.
El equilibrio entre lo funcional y lo estético también se refleja en el dormitorio híbrido, que funciona como oficina en casa y espacio para invitados. “Diseñamos un mueble envolvente que contiene desde el escritorio hasta espacio de almacenamiento, incluyendo una solución para la televisión y una impresora integrada”, finalizan.